El argumento desde la ingeniería para una renta básica incondicional
Antes de estudiar ingeniería, si alguien me hubiera preguntado cuánto es 1+1, habría dicho “2”. Ahora diría, “estoy casi convencido de que es 2, pero mejor que sea 3 para estar seguros”.
Inicialmente fui la Escuela de Minas de la Universidad de Colorado para convertirme en ingeniero. Me cambié a la psicología después de dos años, pero siempre seguiré pensando en los problemas desde la perspectiva de la ingeniería, por la misma razón por la que comencé la carrera: lo que importa es la realidad y reconocer lo que funciona y lo que no funciona. Me encantan las matemáticas y las ciencias, pero sobre todo me encanta cómo la ingeniería toma las matemáticas y las ciencias y las aplica para mejorar el mundo real. La mente ingeniera es una mente realista. Se trata de anteponer el pragmatismo frente a la teoría. Reconoce que el mapa no es el territorio.
Existe una regla muy conocida en ingeniería, la Ley de Murphy: Todo lo que pueda salir mal, saldrá mal. Sabiendo esto, el fracaso por lo tanto debe formar parte del diseño. No queremos que las cosas fallen, pero sabemos que lo harán, siempre lo hacen, así pues, ¿qué se debe hacer?
La respuesta es la tolerancia a los fallos.
En caso de fallo de un componente, un sistema debe estar diseñado para seguir funcionando normalmente, o con una capacidad reducida. Y cuando algún sistema falla por completo, debería estar diseñado para volver a funcionar al 100% de su capacidad rápidamente. Los fallos catastróficos siempre deben evitarse, especialmente en los sistemas de misión crítica, y más aún cuando hay vidas en juego.
Pensemos en los aviones. Si un solo componente falla, no debería caer todo el avión. Hay formas de evitarlo, como incorporando redundancia, de tal forma que tengan que fallar varios sistemas de respaldo para que todo el sistema falle, así como tener en cuenta los casos extremos, para que consideremos de antemano toda la gama de desastres que podrían suceder, por muy rara que sea su ocurrencia.
Ya que sabemos que las cosas van a fallar, debemos diseñarlas de tal manera que cuando fallen, las vidas estén protegidas en primer lugar, dondequiera que estén las vidas en riesgo. En los ascensores, sería un mal diseño que se precipitaran por una simple pérdida de potencia. En su lugar, utilizan un diseño a prueba de fallos, donde la energía mantiene los frenos apagados y la pérdida de energía los activa. Fallan en un estado seguro, ergo, “a prueba de fallos”.
Bien, entonces te estarás preguntando, ¿qué tiene que ver esto con el ingreso básico incondicional?
Es simple. Sabemos que nuestro sistema primario de distribución de ingresos falla. Falla todo el tiempo. Se llama perder tu trabajo. Tenemos una “red de seguridad” diseñada para salvar a la gente cuando falla, pero ese sistema está realmente mal diseñado, y este también falla todo el tiempo, y dadas las circunstancias, la gente puede morir, y de hecho lo hace, como resultado.
Hemos diseñado un sistema de soporte vital sin tolerancia a fallos, y así es porque los ingenieros e ingenieras no diseñaron este sistema. La clase política lo hizo. Ciertos intereses lo permitieron. Y está construido sobre un moralismo anticuado, centrado en el empleo, en lugar de un realismo contemporáneo centrado en la vida.
El realismo exige que reconozcamos que los seres humanos necesitan dinero para vivir dentro de un sistema de propiedad privada que retiene el acceso legal a los recursos básicos bajo la condición de tener dinero o cumplir los requisitos para acceder a los subsidios del Gobierno. Es crítico para el propósito vital de las personas tener el dinero suficiente para gastar en lo que necesitan para vivir. Así que el Estado debería asegurarse, suministrándolo a todos de forma incondicional.
Así es como la RBUI introduciría la tolerancia a fallos en nuestro sistema de soporte vital que llamamos “la economía”:
Primero, todo el mundo empieza con el dinero que necesita para vivir. En una estación espacial no construiríamos un sistema de soporte vital en el que para recibir oxígeno tuviéramos que trabajar para ganárnoslo. El soporte vital es el soporte vital. Los cuerpos muertos no pueden trabajar. Así que asegurémonos de que la gente reciba oxígeno para poder seguir viviendo. Las personas vivas trabajarán mucho más que las personas muertas.
Siguiente, todas las personas que trabajan para ganar un dinero adicional estarían adquiriendo redundancia. Tendrían dos fuentes de ingresos. Si realizaran múltiples trabajos o comenzasen a ganar ingresos pasivos de algún tipo, ya serían múltiples las fuentes de ingresos. En lugar de un avión de un solo motor, podrían tener dos, tres o más motores manteniéndolos en el aire. Si se perdiera un motor, tendrían otros, y gracias a la RBUI, nunca tendrían cero motores.
Dado que la RBUI significaría que los ingresos nunca caen a cero, cualquiera que pierda su trabajo caería al nivel de la RBUI en lugar de caer en la pobreza severa de los cero dólares. Podemos nombrar esto con el término que se utiliza en ingeniería, el “elegante fracaso”.
Elegante fracaso significa que un fallo no resulta ser un fallo catastrófico (por ejemplo, enfermedad o muerte), y en cambio falla de una manera en que protege a las personas o a la propiedad de lesiones o daños.
Con la RBUI, las personas que pierden su empleo caerían en un estado por encima del umbral de la pobreza, lo que significa que el fracaso nunca resultaría en pobreza. Esto aumenta la capacidad de recuperación del sistema. Las personas que todavía tienen algo en lugar de nada son más capaces de volver a levantarse y encontrar un nuevo empleo. También son más propensas a tomar riesgos, seguros de que el fracaso no resultará en la muerte.
Existe la creencia de que tenemos una red de seguridad que protege a quienes pierden su empleo. Esta creencia es un mito. Existen ayudas para algunas personas, pero antes de que la pandemia llegara, 13 millones de personas en Estados Unidos ya vivían en la pobreza completamente desconectadas de todos los programas de asistencia federal. El programa que mejor funciona es el SNAP, que llega a 3 de cada 4 personas en la pobreza, y dura 3 meses cada 3 años. El peor es el TANF que varía por estado, y en Louisiana llega a 4 de cada 100 familias en la pobreza. La asistencia por discapacidad llega a 1 de cada 5 estadounidenses con discapacidades, y el tiempo de espera promedio para calificar es de dos años. La asistencia para la vivienda llega a 1 de cada 4 estadounidenses que califican. El seguro de desempleo llega a 1 de cada 4 personas desempleadas.
“En España el panorama no es muy diferente, ya que las ayudas estatales para pobres llegan a menos de un 10% de sus potenciales destinatarios, así como el Ingreso Mínimo Vital recién implementado por el Gobierno de coalición tiene graves dificultades burocráticas y no está llegando a la gran mayoría de los solicitantes. Es un problema de diseño estructural que no tiene remedio.”
¿Ves el patrón? La mayoría de nuestros programas de seguridad tienden a excluir a 3 de cada 4 personas que los necesitan. Debido a la universalidad de la RBUI, 0 de cada 4 personas serían excluidas de la asistencia, porque ya la tendrían por anticipado, y muchas ni siquiera necesitarían asistencia adicional más allá de su RBUI, porque proporcionaría más de lo que muchos apoyos existentes ofrecen en la actualidad.
Esto me lleva a otro elemento de ingeniería del diseño del sistema: bang-bang vs. control proporcional.
El diseño “bang-bang”, o de control encendido/apagado, es el utilizado típicamente en los termostatos. Estableces la temperatura a la que quieres llegar, y cuando el ambiente está por encima o por debajo de ese valor, bang, el aire acondicionado o el radiador se encienden para devolver la habitación a la temperatura deseada, y luego, bang, se apaga de nuevo.
El “control proporcional” significa que cuanto más se aleje un sistema del ajuste deseado, más fuerza se aplica para traerlo de vuelta. No se queda esperando sin hacer nada hasta que se alcanza el punto crítico. Se ajusta en todos los puntos y a cada instante.
En este momento, nuestra red de seguridad utiliza el diseño bang-bang. Si pierdes tu trabajo, bang, la red de seguridad se enciende, eso si tienes la suerte de cumplir las condiciones necesarias, o podrías seguir cayendo hasta la muerte debido a los agujeros de la red. Si consigues ayuda, es temporal y luego, bang, no hay más ayuda, o si no satisfaces las condiciones, bang, no hay más ayuda.
Sin embargo, la RBUI sería un diseño de control proporcional. Toda la población recibe el ingreso, pero todos también lo financian en cantidades variables dependiendo de sus ingresos y/o consumo particular. Por lo tanto, si tus ingresos disminuyen por cualquier motivo, o en cualquier grado, pagas menos por tu RBUI, lo que significa que el aumento de tu renta disponible se incrementa. En términos económicos, esto se denomina política fiscal anticíclica. Durante los periodos de bonanza, cuando la mayoría de la gente está empleada, podrías estar pagando 1.000 dólares al mes en impuestos para recibir 1.000 dólares al mes en RBUI, lo que significa un aumento de ingresos de 0 dólares al mes por ganar un sueldo de más de seis cifras. Si redujeran tu jornada laboral, pagarías 500 dólares al mes en impuestos para recibir 1000 dólares al mes en RBUI, lo que supondría un aumento de ingresos de 500 dólares al mes. Y si perdieses tus ingresos por completo, pagarías $0 en impuestos para recibir $1,000/mes en RBUI, lo cual aumentaría tus ingresos en $1,000/mes. (Nota: existen otros modelos de financiación que no implican impuestos directos a las personas físicas, como por ejemplo un dividendo de los beneficios del capital, que es creado colectivamente)
Por lo tanto, la RBUI respondería proporcionalmente a la pérdida de ingresos, creando mucha más estabilidad en los ingresos de lo que cualquier diseño bang-bang podría proporcionar. La mayoría de los sistemas biológicos utilizan este control proporcional, porque la evolución descubrió que tiende a funcionar mejor cuando se trata del soporte de la vida.
Este es el argumento desde el pensamiento de la ingeniería para la RBUI: Todos somos seres humanos vivos, que respiramos, y en este sistema monetario todos necesitamos dinero para obtener alimentos, vivienda y muchos otros bienes materiales que necesitamos para mantenernos con vida y con dignidad. La mejor manera de asegurarnos la vida, es garantizar que siempre tendremos una cantidad básica de dinero, y la mejor manera de garantizar ese suelo monetario es proporcionándoselo a toda persona en todo momento, para que siempre esté ahí, sí o sí.
Desde la perspectiva de la ingeniería no existen posibles argumentos en contra de la RBUI.
El fracaso es inevitable. Siempre se cometerán errores. Siempre habrá pérdida de empleos. Siempre habrá fallos en la red de seguridad. Siempre habrá desastres. Siempre habrá pandemias.
Por lo tanto, siempre debemos tener un ingreso básico, para que cuando estas cosas sucedan, sea menos probable que muramos, y más probable un rasguño y volvamos a levantarnos.
La renta básica universal e incondicional es la forma de crear resiliencia en nuestros sistemas sociales y económicos.
Artículo de Scott Santens: https://scottsantens.com/engineering-argument-for-unconditional-universal-basic-income-ubi-fault-tolerance-graceful-failure-redundancy
Traducido por: Carlos M. Arias
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El día 25 de Septiembre de 2020 dio comienzo la Iniciativa Ciudadana Europea por la renta básica universal e incondicional.
En el plazo de un año deberemos recoger 1 millón de firmas válidas para presentar esta propuesta a la cámara de la Unión Europea, que tendrá la obligación de discutirla y votarla.
Nuestro objetivo es establecer la introducción de ingresos básicos incondicionales en toda la UE que garanticen la existencia material de cada persona y la oportunidad de participar en la sociedad como parte de su política económica, social y cultural.
Más información: https://rentabasicaincondicional.eu/